Es importante reconocer que los conflictos y la violencia no tienen género y que toda persona merece vivir en un entorno seguro y libre de abusos.
Es necesario buscar ayuda profesional, sin temor a encontrarse con un estigma social o la falta de apoyo auténtico y eficiente.
Es fundamental que los sistemas de orientación y protección sean sensibles a las necesidades de todos los afectados.
Para esto contamos con capacidad y compromiso para apoyar profesionalmente en estas difíciles situaciones.